” La primera vez que oí hablar de All Hands and Hearts fue hace unos cinco años. Estaba viajando por Australia y conocí a un inglés que se convirtió en mi mejor amigo. Había participado en un proyecto de All Hands en las Filipinas. Me contó su experiencia y me dijo que tenía que intentarlo porque estaba totalmente en línea con mi personalidad: Siempre estoy dispuesto a ayudar a la gente, soy muy sociable y estoy acostumbrado a vivir en una gran comunidad. Me ha interesado esta idea pero nunca he logrado encontrar el tiempo o ahorrar el dinero para emprender un proyecto. 

Más que un proyecto, tenía el plan de viajar a Sudamérica para aprender español. Conseguí un visado para Chile y viví allí durante un año, trabajando y viajando por mi cuenta. Cuando se me acabó el visado, fui a Colombia a visitar un poco antes de dirigirme al proyecto de Oaxaca México! Primero había planeado quedarme cuatro semanas pero terminé extendiéndome hasta el final del programa. 

Para ser honesto, es difícil. Esta experiencia ha sido un desafío físico, el trabajo puede ser muy físico, el calor te mata, el viento puede ser muy fuerte, estamos durmiendo en colchones de aire todos los días, nos levantamos muy temprano cada mañana, los días son muy largos, pero a pesar de todo eso creo que nunca he sido más feliz en mi vida.

Primero, porque estamos haciendo algo maravilloso: reconstruir escuelas para que estos maravillosos niños se sientan bien. Se siente bien ayudar a los necesitados. Segundo, porque somos unos 70 voluntarios que comparten esta experiencia y el ideal de ayudar a los necesitados, y te devuelve algo de esperanza para la humanidad. Te muestra que todavía hay gente maravillosa en este planeta, que se preocupa por los demás de una manera tan maravillosa. En tercer lugar, y probablemente lo más importante, es la forma en que esta comunidad se da cuenta de lo que estás haciendo por ellos, y cómo te lo devuelven. Te abrazan, dicen "gracias", incluso los niños lo entienden y no mienten cuando dicen "gracias".

Realmente no quiero irme; si me voy es porque no tengo la opción debido a las finanzas. Pero por el tiempo que me queda, sólo quiero seguir dando todo lo que tengo. Quiero que todos estos niños tengan éxito en la vida, cualesquiera que sean las metas que tengan.

 

Creo que ser voluntario no sólo se trata de reconstruir esa escuela, sino también de ser un ejemplo para inspirar a esta comunidad, y ser inspirado por ellos también. Cuando vamos a recoger la basura unas cuantas veces y sólo unas semanas después, la mayoría del pueblo se une a ti, es una victoria. Cuando un niño en el mismo evento te dice, "Quiero tener un bonito pueblo", es una victoria. Cuando un niño te dice: "Quiero ir a la escuela porque los voluntarios están trabajando duro para que yo tenga una hermosa escuela", es una masivo ganar.

Ser voluntario es tan gratificante, no de una manera financiera, sino de una manera que ni siquiera la persona más rica de la Tierra podría comprar. Creo que sólo hay una cosa muy frustrante en ser voluntario: es adictivo, y a pesar de toda la buena voluntad que puedes tener, toda la energía que gastas, nunca puedes ayudar a todo el mundo.

 

Creo que lo que la gente necesita es un poco de coraje para inscribirse y dejar todo atrás para ir a ayudar. No digo que sea fácil, pero creo que la gente tiene que venir y experimentar esto para saber realmente lo que significa ser voluntario. He querido hacer esto desde hace mucho tiempo. Cuando me vaya, traeré un montón de recuerdos, habilidades... Pero sobre todo me iré como una mejor persona segura de una sola cosa: ¡ésta fue la primera pero seguramente no la última! “